Ella preguntó por muchos esa
noche, incluyéndome; obviamente llamé su atención, de otra forma no lo hubiera
hecho. Cuando preguntó por uno de ellos, no hubo sorpresa alguna, ya esperaba
escuchar todo lo que le dijeron; después preguntó por otro, y prefirió
no seguir escuchando. Entonces, siguió preguntando y preguntando, por uno y por
otro hasta preguntar por mí, pero yo no existía, era un fantasma.
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