domingo, 17 de junio de 2012

La seguridad es indivisible de la condición Humana

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*Francisco Bautista Lara, escritor nicaragüense y ex comisionado de la Policía Nacional analiza el tema de la seguridad ciudadana en Nicaragua.

*”Nicaragua las tasas delictivas han venido subiendo. Nosotros tenemos la tasa de robo más alta de Centroamérica” afirma Bautista Lara

Centroamérica es una región que se caracteriza no solamente por ser un paraíso tropical de vastos recursos naturales. En la mayoría de países Centroamericanos, la injusticia social, poco desarrollo humano, violencia, corrupción, inseguridad y narcotráfico, son factores comunes que afectan a la sociedad.

A pesar de que Nicaragua cuenta con índices de desarrollo parecidos a los de Guatemala y El Salvador, países dominados por la violencia juvenil y el narcotráfico, su tasa delictiva es parecida a la de Costa Rica, país Centroamericano con más alto índice de desarrollo.

¿Nicaragua es un país seguro? ¿El más seguro de Centroamérica?

En esta entrevista, Francisco JavierBautista Lara, escritor Nicaraguense y ex comisionado de la Policía Nacional, ofrece su punto de vista sobre el tema de la seguridad ciudadana en el país y responde a estas interrogantes.

¿Qué determina que un país sea seguro?

La seguridad integral incluye varios aspectos. En general, son las condiciones para que las personas puedan desarrollarse plenamente. Seguridad, no es más que eso. Cualquier cosa que te impida vivir plenamente, como por ejemplo, los delitos, falta de garantía jurídica, falta de protección de la propiedad, la falta de libertad de expresión o el abuso de la libertad de expresión, la falta de protección contra los desastres naturales, o falta de alimentación, cualquier cosa que te impida vivir y desarrollarte plenamente atenta contra la seguridad. Por lo tanto un país es más seguro cuando las condiciones de desarrollo humanos son mejores. La seguridad es indivisible e inseparable de la condición humana.

Desde ese punto de vista, estrictamente apegado a esa definición, el país más seguro de Centroamérica integralmente es Costa Rica.

Se dice que Nicaragua es el país más seguro de la región

Esos términos del país más seguro de Centroamérica son más un slogan, un slogan que tiene un beneficio político. Creo que el término más adecuado es que Nicaragua tiene una de las tasas delictivas más bajas de Centroamérica, que no es exactamente lo mismo que decir que Nicaragua es el país más seguro de Centroamérica.

Cuando me refiero a que es una de las tasas más bajas, es porque el que tiene las tasas más bajas es Costa Rica. El año pasado por ejemplo, en Costa Rica, la tasa de homicidios llegó a 10 por 100mil habitantes y en Nicaragua llegó a 13 por 100mil habitantes, si eso lo vemos en cifras absolutas en Nicaragua murieron 760 personas, en Costa Rica más o menos 470.

Lo que llama la atención en los estudios que se han hecho, es que Nicaragua, a pesar de tener los niveles de pobreza parecidos a los países del norte, su tasa delictiva se parece más a la de Costa Rica que tiene un nivel de desarrollo humano  más alto.

Entonces ¿los datos proporcionado por las autoridades son confiables?

Las cifras de Nicaragua son unilaterales, es decir solamente las proporciona la Policía. En El Salvador por ejemplo, cuando dicen la tasa de homicidios es un dato que lo proporciona la Policía, la Fiscalía y el Instituto de Medicina Forense. Lo mismo pasa en Costa Rica, cuando se da la cifra oficial de delitos, es una cifra depurada y más exacta. Por lo menos en homicidio, en Nicaragua encontrás tres cifras Policía: Ministerio Público y Medicina Legal proporcionan distintas cifras.

¿Tienen una gran diferencia?

15% o 20%

¿Cómo depuran eso? Ahorita no hay forma de depurar eso, porque las instituciones trabajan cada una por su lado y no concilian sus cifras.

¿Cuáles son las cifras más confiables a nivel centroamericano?

Las más confiables son las de El Salvador y Costa Rica porque son interinstitucionales, y después las de Nicaragua, a pesar que son las de la Policía. Las menos confiables son las de Honduras y Guatemala.

¿Las cifras delictivas de Nicaragua se mantienen o han bajado?

En Nicaragua las tasas delictivas han venido subiendo. Nosotros tenemos la tasa de robo más alta de Centroamérica, pero bueno, la gente dice “mejor que me roben y no que me maten”.

¿Cómo está Nicaragua en materia de Políticas Públicas para la seguridad?

Las políticas públicas son una norma de validez: general, integral y de largo plazo. Es decir, no son validas solamente para un gobierno sino para el Estado.

Desde ese punto en el ámbito de la seguridad ciudadana no existen políticas públicas escritas. Lo que tenemos prácticamente es código procesal penal, también tenemos la ley de la policía, eso son políticas públicas que se traducen en leyes.

Sin embargo hay tres políticas fundaméntelas que no existen:

La primera es una política de persecución criminal, que articule la capacidad coercitiva del Estado, lo que existen son distintos convenios entre instituciones, pero como política pública no existe.

La segunda es una política de convivencia y seguridad ciudadana, es decir que establezca las normas de convivencia entre los ciudadanos y la obligación del Estado y sus instituciones para la prevención.

La tercera es una política penitenciaria. Es decir, existen normas, algunas leyes sobre la penitenciaria pero como política pública no existe.

¿Por qué no existen?

Bueno, porque las instituciones no han sido capaces de articularse, tal vez porque ha faltado la urgencia de la presión política y pública para hacerlo, y se ha venido trabajando un poco desde la costumbre y la cotidianidad y no se ha formulado.

Recientemente un magistrado suplemente del Consejo Supremo Electoral  se vio involucrado en un caso de narcotráfico ¿Esto es un golpe a nuestras instituciones estatales? ¿Refleja lo débiles que son?

Bueno mirá yo te voy a decir, no hay ninguna institución, o ningún estado en el mundo que este inmune a ser vulnerado por la delincuencia, porque están manejados por personas. Hay instituciones donde eso es más generalizado y común y hay instituciones donde eso es más raro.

Mi criterio general es que en Nicaragua, el involucramiento de los funcionarios públicos en la delincuencia organizada no es generalizado. Lo que no quiere decir que no exista. Nadie se debe asustar porque un policía cometa un delito, o porque un ministro cometa un delito, o porque un presidente sea procesado, porque eso no es generalizado.

Creo que la mayor inquietud es el sesgo político partidario que puedan tener los funcionarios públicos, pero no tanto que pueda existir un comportamiento delictivo general de los funcionarios públicos.

Nadie puede decir que el Estado completo tiene un comportamiento delictivo.

lunes, 4 de junio de 2012

Apagar la Tv no resuelve nada



Hace unos cuantos meses, cuando mi adicción a twitter apenas comenzaba, hacia una pequeña comparación entre las ventajas de informarme por medio de esta red social y dejar la televisión apagada de una vez por todas.

Mantengo mi posición. Prefiero leer un tweet, y buscar la noticia en línea, antes que ver el noticiero del medio día o la edición nocturna.

Mi descontento con la televisión nacional (de cualquier tendencia) se da por su falta de responsabilidad social. ¡Sí! Los medios de comunicación social (en especial la televisión) son responsables de muchas situaciones que afectan consciente o inconscientemente a nuestra sociedad.

Más allá de exigir “la verdad” o “la objetividad”, o determinada orientación política a las televisoras (porque seamos honestos, todos tenemos una orientación, y sabemos qué y que no queremos escuchar) deberíamos exigirles responsabilidad.

Con esto me refiero a la abolición de la nota roja, y a la revisión de su programación: Laura en América, Casos de La Vida, Acción 10, Crónica TN8, la infinidad de novelas que transmiten por la mayoría de las televisoras, no son programas nada educativos y están completamente alejados de nuestros valores y cultura.

Me puse romántico. La brecha entre ricos y pobres también es consecuencia de la nota roja, y del mediocre ejercicio del periodismo que se vende (no por unas cuantas monedas) por dos pedazos de cuajada. “La realidad” ofrecida por los que justifican la nota roja crea la inseguridad, el miedo y la exclusión porque la noticia tiene una orientación clasista. Ninguna de la cámaras de crónica TN8 o Acción 10 se adentra en los residenciales o las “zonas pudientes” de la capital.

Pero, si dejamos de un lado la nota roja, la programación no mejora. Es una lástima que existan tantos canales (2-4-6-8-9-10-11-12-13-14-15) con programación tan mediocre. Existen muchas posibilidades de utilizar la televisión para potenciar el desarrollo de una sociedad (y no hablo de quitarle la diversión a nadie, su Sábado Gigante y su Bienvenidos están a salvo) pero se desperdicia en juegos, trivias, talk shows etc. alejados completamente del contexto nacional.

Una vez tuve la oportunidad de preguntarle al relacionista público de canal 2 (un viejito cuyo nombre no recuerdo) porque no se invertía más en producción nacional en vez de gastar lo que gastan (no tomo notas nunca, lo siento) en comprar episodios de telenovelas, su respuesta fue algo parecido a: En el Sistema Sandinista de Televisión todo corría por cuenta del estado, ahora las televisoras son privadas y las telenovelas nos hacen ganar dinero.

Nos quejamos de que el talento se pierde, de que el periodismo es mediocre, y nos llenamos la boca diciendo que es mejor leer y apagar la televisión. No obstante, somos nosotros los que la dejamos encendida y vemos lo que transmiten con indiferencia e ignorancia; o los que la apagamos y esperamos que la próxima vez que la encendamos “algo” haya cambiado.

Pero apagar la Tv no resuelve nada.