lunes, 12 de septiembre de 2011

Carta abierta a Tamara Gonzales


Tamara, empiezo pidiéndote disculpas por mi voseo, pero ignoro si sos una señora a la que deba tratar de usted, o si está bien vosearte porque sos una joven, en cualquier caso me siento más cómodo escribiendo de esta manera, solo espero que no te moleste. Seguidamente quiero aclararte que no soy un intelectual, y tampoco pretendo encasillarte como vos decís en tu artículo, hay muchos cristianos por los que siento profundo respeto (y otros por los que no), y no me gusta catalogar como “loca” a una persona así por así. 

De tu escrito he querido rescatar algunos puntos que me parecen importantes para discutir, aunque bien sé que este debate puede llegar a ser infinito; no pretendo imponerte mis ideas, mucho menos “hacerte entrar en razón”, simplemente pretendo expresarte que no estoy de acuerdo con tus planteamientos.

En el segundo párrafo de tu escrito comenzás afirmando que no sos homofóbica. La homofobia, se entiende como la aversión obsesiva hacia las personas homosexuales; entonces una persona homofóbica es aquella que repudia, o rechaza a las personas con homosexuales; yo no sé si vos irrespetas, u ofendes de manera directa, pero creo que si discriminas con base en pensamientos injustos.

Por ejemplo, no podes afirmar que la lucha por la igualdad de derechos es una falsa bandera para irrespetar tus espacios. Según las leyes de nuestro país, somos una nación libre e independiente,  donde todos los ciudadanos gozan de los mismos deberes y derechos. De tal manera que no importa la condición racial, étnica, opción sexual, ni origen social de cualquier ciudadano nicaragüense, todos son libres de expresarse, incluso si eso implica “hacer gala de su homosexualidad” o hacer “penosas marchas” en los espacios destinados para ello.

Vos decís que pudiste haber hecho el esfuerzo de ignorarlos, pero debiste cambiar de mesa porque había niños acompañándolos; eso lleva a preguntarme ¿Qué valores les están inculcando? ¿No te parece que ese tipo de acciones solo contribuyen a propagar más esa idea discriminatoria hacia las personas con opción sexual diferente a la tuya? ¿No son los bisexuales, homosexuales y heterosexuales hijos de tu Dios, por tanto tus prójimos? ¿No manda tu Dios a amar a tu prójimo como a vos misma? ¿No es tu Dios quien ama al pecador y aborrece el pecado? Me parece que en Nicaragua hay otros “espectáculos” más importantes por los que deberíamos quejarnos y tomar acciones.

Tamara, creo que la naturaleza pura del amor es amar, así de simple o complicado que te resulte. Debemos aprender a amar la vida, y todos sus componentes, una roca, la hoja de un árbol, una planta que crece en el piso, nuestro aire, nuestros ríos, a nuestra gente y a nosotros mismos, el amor mi estimada Tamara es la esencia pura de la vida. 

La represión y la discriminación son corrosivas para las sociedades que han tenido que observar como poco a poco ideas retrogradas llevan a la violencia. Pero, el respeto es una necesidad en toda país para que la convivencia de sus habitantes resulte pacifica.

Lo dejaste clarísimo, “no es un llamado al odio”, ¿pero sí a la cordura? A mi parecer, tu artículo es un llamado a la discriminación y a la represión de manera indirecta (o directa), lo cual resulta extraño teniendo en cuenta que los movimientos cristianos han sido reprimidos en distintas épocas de nuestra historia.  Yo no podría exigirle a tu cura, pastor o guía espiritual que se reserve la palabra de su Dios para la intimidad, mucho menos a los cristianos que realizan labor evangélica en las calles, sería ilógico exigirles que prediquen la Biblia en su intimidad, eso estaría mal ¡Seria represivo, discriminatorio, y corrosivo! Finalizo pidiéndote que reconsiderés los puntos expresados en tu artículo, y aclarándote que no soy hippie ni homosexual, simplemente no entiendo cómo se puede “estar tan ciego”.

 Articulo al que respondo: http://es.scribd.com/doc/61104176/Volver-a-La-Cordura (VOLVER A LA CORDURA, DE TAMARA GONZALES)

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