Lo trajeron de la montaña,
Y no hace más que cantar,
Canta, canta y canta,
Pero llora en su canción y
Sufre cuando llora, intentado volar.
Ha venido del corazón de la tierra,
Donde los otros no conocen el sol,
Y en la oscuridad, no hacen más
Que soñar, y sueñan cantando,
Pero despiertan cuando intentan volar.
Y es que su verdugo ha cortado sus alas,
Para escuchar su llanto.
Y es que las alas no vuelven a crecer,
Pero queda el deseo,
De seguir volando,
De seguir cantando,
Y es que por la noche, ese deseo
Se vuelve vida y recorre los senderos
Siniestros de la espesura montañosa,
Moviéndose entre el viento y las aguas.
Mientras canta nos reúne
Alrededor del sonido de su voz,
Tan fría, tan triste, como la
Historia que cuentan sus manos.
Y dejan marcado su cuerpo entero,
Tan frágil, tan gris,
Como sus recuerdos de amor y odio,
Que tocan las puertas de mi corazón.
Y seguirá… su canción,
Nos veremos dormidos,
Le veremos en
Nuestros sueños, con su
Canto y su voz,
Cortará por siempre
Las alas de nuestra imaginación.
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