A caminar por los reinos lejanos,
De El Gran Maestro.
Recorriendo los caminos
Escucho un grito desde las
Profundidades del bosque.
Me encamino, atravesar la espesura
Nocturna es un peligro,
Podría caer en las manos frías
Del miedo.
El sonido me ha llevado
A las aguas cristalinas, donde
Cisnes de nieve bailan con
Encanto, donde los arboles
Son testigos fieles
De los cuetos de ninfas y faunos.
Pero son las sombras
Las que han oído
Hablar de reyes y princesas,
De dioses griegos
Y lejanos reinos
Hechos de oro y amor.
¡Ay! Se escucha a lo lejos,
Cerca de las pirámides
Del reino eterno. Sigo caminando,
Esas ninfas, parecen un sueño,
Me indican ver las estrellas,
Ahí está la luz divina que
Me llevara a mi destino.
La noche pinta azul,
Alaba la grandeza de los hombres,
¿y los dioses? Si, también los dioses.
Los gritos están cerca,
Igual que el dolor,
Es un llanto parecido al de
Un ruiseñor.
Ahora puedo contemplarte,
Criatura, criatura misteriosa,
¿Cómo has terminado
En la tierra mal herido?
¿Ha sido intentando
Escapar de estos dominios?
¿Dónde están? Los otros,
Pan, Orion, Venus, Saturno…
Dime criatura, ¿Dónde están?
Seguramente, amando, esas
Figuras mágicas llenas
De luz y vino… ¿Y tú?
Casi muerto, me has llamado…
¿y ahora? he llegado
A preguntar-¿buscas paz o libertad?-
Mejor no hables, tus ojos
Dicen todo, ciérralos, después de
Muerto podrás ver la noche.
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