Texto creado para la clase de Taller de Redacción, del segundo cuatrimestre de la carrera de Comunicación Social en la UCA.
El 3 de
septiembre de 1940, nace Eduardo Germán Hughes Galeano en Montevideo,
capital de Uruguay. Galeano es un escritor crítico y polémico, que a través de
escritos como La maldición blanca, Las cuatro frases que hacen crecer la nariz
de Pinocho y Octavo mandamiento:
Mentirás, denuncia de manera contundente las injusticias sociales,
económicas y políticas en Latinoamérica y el mundo.
En 1909, New
York: Charlotte y 1908 Caracas: Muñecas, Galeano expone de manera crítica el
tema del machismo y las normas impuestas a la mujer por la sociedad, a través
de historias ambientadas en una época donde prevalecía la cultura machista.
Apoyándonos en sus ideas, afirmamos que las mujeres no deben cumplir conductas impuestas
para ser socialmente aceptadas.
De acuerdo al
texto 1908, Caracas: Muñecas, Eduardo Galeano presenta las normas que debía
seguir una mujer para ser considerada una señorita. La mujer de esa época debía
ser sumisa ante sus padres, hermanos y marido; el rol femenino estaba limitado
a los labores del hogar, sin embargo, a las señoritas no se les permitía
realizar quehaceres, solamente ordenar que se cumplieran todas las tareas. La
mujer tenía prohibido ser autónoma e independiente, el autor lo describe de la
siguiente manera:
Si
el novio la abandona, ella se convierte súbitamente en tía y queda en
consecuencia condenada a vestir santos y difuntos y recién nacidos, a vigilar
novios, a cuidar enfermos, a dar catecismo y a suspirar por las noches, en la
soledad de la cama, contemplando el retrato del desdeñoso (p.28).
Consideramos que
en el siglo XXI aún se imponen ciertas conductas que la mujer debe seguir para
ser socialmente aceptada. Por ejemplo, el rol de la mujer sigue siendo, en la
mayoría de familias, doméstico y a pesar de ser la encargada del correcto
funcionamiento del hogar, su opinión entra a un segundo plano por no ser la que
lleva el pan a la mesa. Igual que cuando Galeano expresa ´´Dos veces a la
semana, en la tardecita, pasa algunas horas escuchando al novio sin mirarlo y
sin permitir que se le arrime, ambos sentados en el sofá ante la atenta mirada
de la tía´´ (Galeano, E. 1990. p. 28). En la actualidad hablar de sexo, para
las mujeres, está vetado. Inducimos que al mencionar que las señoritas leían
novelas románticas, usaban esto como un refugio en donde ver reflejadas sus
fantasías sexuales, en la actualidad la mujer sumisa se ve obligada a refugiarse
en las Telenovelas.
Muchas mujeres
dejaron el conformismo y enfrentaron la
cultura machista, logrando asombrosos avances en la lucha por la equidad de
género. Un evidente ejemplo fue la Revolución Popular Sandinista de Nicaragua,
donde hubo una participación masiva de mujeres, que sentó las bases para la
formación de una sociedad nicaragüense más equitativa, abriendo el paso a
divorcios unilaterales, la creación de organizaciones en defensa de la mujer y
la participación activa de las mujeres en la política del país. Como afirmó
Dora María Téllez (2011), ex Ministra de Salud , en la cátedra impartida el día
Viernes 22 de Julio del 2011 en el auditorio Xabier Gorostiaga de la
Universidad Centroamericana (UCA), ‘’la revolución no le dio nada a las
mujeres, las mujeres le dimos a la revolución’’.
Gracias a este
tipo de iniciativas, en la actualidad las mujeres no están obligadas a casarse,
gozan de independencia laboral y son libres de entablar amistad con personas
del sexo opuesto sin ser juzgadas. La mujer ha transformado, en ciertos
aspectos, la visión del mundo hacia las capacidades femeninas y por medio de
acciones revolucionarias y concretas ha logrado ser respetada como persona
individual y autónoma.
La cultura machista
del mundo, no nació en 1908. El sistema patriarcal de las sociedades reflejadas
en el antiguo testamento, se ha venido transmitiendo con el paso del tiempo y
aparece como una constante en la mayoría de las sociedades. Desde el momento en
que nos narran la historia de Adán y Eva, nos muestran a la mujer como el
‘’error’’ y la declaran ‘’culpable’’ del pecado cometido por el hombre, además,
la figura femenina se caracteriza por ser ingenua y fácil de persuadir, cayendo
en el juego de la serpiente.
La estructura de
las iglesias, siempre ha sido encabezada por hombres, y la participación de la
mujer es marginal; por ejemplo, la religión católica no permite que las mujeres
celebren misa ya que, según su doctrina, la menstruación es vista como
impureza, “Y cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su
carne, siete días estará apartada; y cualquiera que tocare en ella, será
inmundo hasta la tarde” (Anónimo, 1999, p. 199).
Es ridícula la manera en que es manipulado el
contenido bíblico, para menospreciar la capacidad de liderazgo en las mujeres
e incitarlas a ser sumisas ante las
figuras masculinas.
Martín Lutero, líder de los protestantes, era un hombre con ideas radicalmente machistas y que aún podemos ver reflejadas en la religión evangélica; Lutero (1483-1596), expresaba que Dios había creado a Adán dueño y señor de todas las criaturas vivientes, pero Eva, la causante del pecado había estropeado todo.
En este afán de
establecer normas para que la mujer sea vista de manera positiva, han provocado
terribles consecuencias. A pesar que las mujeres ahora tienen la oportunidad de
estudiar y convertirse en profesionales, en el ámbito laboral aún prevalece la
cultura machista; según Lobera (2011) cuando dos personas de diferente sexo
aplican a un mismo trabajo, la mayoría de veces ven el hecho de ser mujer como
una desventaja en tu currículum y prefieren a un hombre, aunque este sea de menos
potencial.
Debido a la
desventaja que poseen las mujeres para conseguir un trabajo, la feminización de
la pobreza es un fenómeno común en Latinoamérica. El rol femenino que la
sociedad ha impuesto, es hacerse cargo de los hijos y el hogar, haciendo que la
mujer tenga que ser la única responsable del bienestar familiar; la mujer es
pobre por tener que cumplir con este estereotipo y ser privada de préstamos,
tierra y herencia.
Tengan
sus hijos y hagan como puedan; si mueren, benditas sean, porque seguramente
mueren en medio de una noble labor y de acuerdo a la voluntad de Dios... Así
ven ustedes cómo son débiles y poco saludables las mujeres estériles; aquéllas
bendecidas con muchos niños son más saludables, limpias y alegres. Pero si
eventualmente se agotan y mueren, no importa. Que mueran dando a luz, que para
eso están.
Actualmente, las
mujeres ya no pueden caminar por las calles sin recibir acoso verbal, se ven
obligadas a tolerar todo tipo de ofensas, enmascaradas con el nombre de
‘’piropos’’, y no poder defenderse por miedo a ser manoseadas o agredidas, este
tipo de situaciones dio paso a la organización de la popular ‘’Marcha de las putas’’, que se originó en la
ciudad de Toronto, Canadá, luego de que el pasado 24 de enero, el policía
Michael Sanguinetti en una conferencia de prensa de seguridad civil, indicó que
“las mujeres deben evitar vestirse como ‘putas’ para no ser víctimas de la
violencia sexual”. Esta marcha ha tenido lugar en ciudades como México,
Toronto, Argentina y Matagalpa; donde las mujeres señalan que están “hartas de
que se les culpabilice, agreda y violente, por su forma de vestir, pensar o
actuar” (Arévalo, 2011).
Otra de las desigualdades que sufren las mujeres
especialmente en los E.E.U.U es que tienen que optar por un trabajo en la
industria pornográfica, que las denigra y las expone como frágiles ante la
figura impositiva del hombre. Si bien es cierto que es opción de cada mujer
optar por este trabajo, títulos como, Wet Brunettes 3 (2004), demuestran, que aunque irónicamente en la industria
pornográfica, la mujer goza de mejor salario que el hombre, es denigrada y
expuesta como un simple objeto sexual que esta para satisfacer las fantasías
eróticas del hombre. Los medios masivos, especialmente la televisión y
ahora el internet han contribuido a imponer este concepto en la mente colectiva
de la sociedad, la mayoría de los banner publicitarios, y spots televisivos, están
orientados a convencer a un público machista a comprar un producto determinado,
exponiendo la figura sensual de una mujer, así mismo, la poca regulación del
contenido en internet, propicia la difusión de contenido erótico. En su libro Avatares Mediáticos, Rothschuh
Villanueva (2011) expone como las exhibiciones de bikini tienen un gran poder
de convocatoria, sobrepasando el de los partidos políticos, igualmente señala
como el canal 8 de Nicaragua, fija un concepto de belleza en las mujeres, con su
campana “¿y vos ya tenes tus globos del cielo?”.
Creemos que todos los
seres humanos tenemos derecho a expresar nuestra diversidad. Somos diferentes
en pensamientos, actitudes, aptitudes, tradiciones, razas, sexo y creencias. A
pesar de nuestras diferencias todos debemos ser tratados con igualdad, respeto
y tolerancia. La importancia de lograr equidad de géneros en la sociedad, no
beneficiaría solamente a la mujer, según afirma Estela Monroy (2008) ‘’…cuando ambos reciben las mismas oportunidades y pueden
desarrollar su potencial, la calidad de vida de toda la sociedad mejora, el
crecimiento económico se acelera y la gobernabilidad democrática se fortalece’’
(p. 2). En base a sus afirmaciones, aseveramos que el desarrollo económico de una sociedad,
depende del desarrollo humano donde todos tengamos igualdad de oportunidades.
1908, Caracas:
Muñecas, es el reflejo de una sociedad pasada, cuyos valores atrasados aun
tienen eco en la generalidad de las sociedades actuales.
En conclusión,
aducimos que no es posible erradicar el machismo de la noche a la mañana, sin
embargo el esfuerzo y la determinación para hacerlo, debe nacer de cada uno de
nosotros. Debemos entender cuan retrógradas son las conductas que muchas veces nos imponen, y
como consecuencia nosotros tratamos de aplicar en los círculos sociales que nos
desarrollamos, y aunque todo cambio es difícil en un principio, la historia nos
ha demostrado que una sociedad unida y decidida puede lograr lo que se propone.
Consideramos necesario usar las ventajas que ofrece un mundo globalizado para
difundir un mensaje de igualdad y justicia, para no seguir promoviendo a la
mujer como sinónimo de sexo, y favorecer la propagación de nuevos valores que
beneficien tanto a hombres como mujeres. Si bien, nuestra sociedad no es la
creadora de esta cultura patriarcal, sino, es más bien una víctima de las
imposiciones que se han repetido por varias
generaciones, creemos que es vital un esfuerzo de todos para promover
una sociedad sin prejuicios, que no juzgue a la mujer por el largo de su falda,
o por el simple hecho de ser mujer y que respete el derecho universal de
libertad.
Ana Siu.
Norman Vega.
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